Ruta

Cuando uno piensa en Canadá, piensa en lagos y verdes paisajes, y así ha sido. Armar la ruta nos llevó lo nuestro, porque no queríamos hacer grandes distancias en un mismo día, aun así cuatro días hicimos alrededor de 500 kilómetros. Empezamos con Niagara y ahora pensamos que fue todo un acierto, porque aunque es las cataratas son muy bonitas, son muy turísticas, y nos dejamos para el final los lugares de naturaleza como L’Anse de Tabatière y Mont-Tremblant, que los disfrutamos mucho, y en los que estuvimos muy tranquilos. Al final han sido casi 3.300 kilómetros, que exceptuando los días de mayor recorrido, han sido muy agradables.

Las ciudades, concretamente visitamos Montreal, Ottawa y Toronto, tienen algunas cosas a destacar y que llaman la atención; pero en otra ocasión, le quitaremos tiempo a las ciudades para dárselo a la naturaleza.

Pero si hay algo que recordaremos de este viaje, son los momentos con los animales, el crucero con avistamiento de ballenas en Tadoussac y los ciervos en el Parque Omega.

Este viaje lo realizamos 6 personas, en esta ocasión nos acompañaron, los habituales Luis y Lourdes, Santi (el primo de Alfredo que ya ha viajado varias veces con nosotros) y Pepa una amiga de muchos años, pero que no había venido a ninguno de nuestros viajes.

Fechas: 15 al 29 de septiembre 2019.

Ruta del viaje:
Día 1: vuelos a Toronto y viaje en coche hasta Hamilton.
Día 2: Niagara Falls.
Día 3: Niagara-on-the-Lake y Crucero 1.000 islas desde Gananoque.
Día 4: Montreal.
Día 5: Montreal.
Día 6: Cascada Montmorency y Tadoussac.
Día 7: Avistamiento de ballenas en Tadoussac y L'Anse de Tabatière.
Día 8: L'Anse de Tabatière, Cascada Montmorency y Quebec.
Día 9: Mont-Tremblant.
Día 10: Parque Omega y Tonga Lumina.
Día 11: Parque Mont-Tremblant y Ottawa.
Día 12: Ottawa y llegada hotel Toronto.
Día 13 Toronto.
Días 14 y 15: Mississauga y vuelos de regreso.


Datos de interés

TRAMITAR ETA

Para entrar en Canadá hay que solicitar previamente una autorización electrónica de viaje, llamada en inglés Electronic Travel Authorization (eTA), y en francés Autorisation de voyage électronique (AVE); que se debe obtener en la web oficial y cuyo coste es de 7 C$. Cuando nosotros la solicitamos, a la mayoría en un momento nos mandaron el mail con la autorización. La validez es de 5 años o cuando caduque el pasaporte.

Hay que tener mucho cuidado, porque hay webs similares, pero que cobran como 10 veces más. En la web oficial al principio ya indican que son 7 C$ y en la otra no indican nada. La web oficial comienza dándonos las instrucciones en español, pero luego el formulario es en inglés, y la web no oficial tiene el formulario en español, y si te vas al final dice “Este sitio web es propiedad de sweet startup ltd, una compañía privada que también lo gestiona. No estamos afiliados a ningún gobierno ni embajada.” Pero normalmente no leemos tanto; así que mucho ojo.

HUSO HORARIO

Canadá (así como la Costa Este de Estados Unidos), pertenece a la zona horaria Eastern Standard Time (EST), que en esa época del año supone una diferencia con España de -6 horas.

MONEDA

En metálico cambiamos poco dinero, concretamente 100 € por persona y nos salió a un cambio de 1’37 (ese día el cambio real estaba a 1’47); lo reservamos en Ria por la web y fuimos a recogerlo días después; a pesar que el día que recogimos el dinero, el cambio estaba algo peor, respetaron el cambio del día que habíamos reservado. La verdad que bien, porque no cobran ninguna comisión encubierta, pagas el cambio que ofrecen y ya está; también ofrecen servicio a domicilio.

Durante el viaje pagamos casi todo con tarjeta, tan solo nos pidieron efectivo en un par de sitios. El día antes de finalizar el viaje hicimos recuento del metálico que nos quedaba, y la verdad que nos quedaba casi la mitad; otra vez haremos el recuento un par de días antes, para ajustarlo mejor; la verdad es que no gastábamos metálico, lo íbamos dejando para compras muy pequeñas o para cuando fuera necesario.

La tarjeta que utilizamos fue REVOLUT, y muy bien, hace un cambio muy real y no cobra ninguna comisión, además en ningún sitio nos pusieron problemas con ella; para este viaje todos llevamos una Revolut, y la verdad que muy práctico.

Durante el viaje el cambio oscilaba alrededor de 1 € = 1’45 C$.

PROPINAS

No habíamos leído nada de que allí se diera propina, pero funcionan como los americanos, en los restaurantes tienes que dar propina, que oscila entre 15% y 20%; pero nosotros al ser 6, en algunos sitios la propina obligatoria era de 18%.

También funciona el tema de las propinas a las mousekeeping (personal de limpieza en los hoteles).

Nos chocó bastante, que con todos los viajes que habíamos leído de Canadá, nadie hubiera comentado el tema de las propinas.

SIM

Este año decidimos comprar una tarjeta SIM para uno de los teléfonos, con la idea de utilizarla para el GSP y para cualquier consulta que quisiéramos hacer sobre el viaje. Elegimos Holafly, en 48 horas te la envían a casa y nos salió por 46 € para 15 días, con datos ilimitados, pero no se puede compartir datos; conservas tu número de whasapp.

Es importante ver que el modelo de móvil que se quiere usar, permite las bandas del país en cuestión al que se viaja; se puede ver en la web o consultarlo por chat. También se pueden ver las bandas de cada país, en una web llamada Kimovil, y en esa misma web, consultar las bandas con las que es compatible nuestro móvil.

La compañía con la que funcionábamos era AT&T, que en algunas partes no tenía cobertura, lo que pasa, es que nosotros estamos acostumbrados a vivir en zonas de cobertura prácticamente total, y allí hay bastantes lugares de naturaleza en los que no hay cobertura (ni de datos, ni de línea móvil).

Al comprar la SIM indicaba que no se podían compartir datos (tethering), pero probamos y se podía, lo que pasa que al día siguiente dio la casualidad que no teníamos línea. Al final en menos de 24 horas, nos lo solucionaron pero no nos dieron ninguna explicación (pensamos que fue un castigo por hacer tethering); así que no volvimos a probar. En otra ocasión seguramente volveremos a contratar Holafly, para nosotros es imprescindible que al menos un móvil tenga datos.

ENCHUFES

Los enchufes de Canadá son los de dos puntas planas (como en Estados Unidos), así que hay que llevarse un adaptador. No tienen nuestro voltaje, pero los aparatos electrónicos que usamos en España hoy en día, están ya adaptados para ambos voltajes y no hay ningún problema. Es interesante llevarse una regleta para no tener que ir buscando enchufes como locos, ni tener que llevarse muchos adaptadores. Recomiendo llevarse más de un adaptador (a no ser que ya lo hayas probado), porque a veces son algo más finos o simplemente del peso, no encajan bien y se caen.


CLIMA

La temperatura ha sido muy agradable, fresquita, que era lo que buscábamos, en las ciudades aun nos hizo algo de calor, entre 20º-25º por el día, y por las noches alrededor de 15º. En las zonas de naturaleza, se notaba algo más fresco, entre 15º-20º por el día y por las noche alrededor de 10º.

La mayoría de días fueron soleados y con alguna nube, solo nos llovió un par de veces.

CARRETERAS

Podríamos decir que sin estar mal, tienen bastantes baches y asfalto muy rugoso y ruidoso, suponemos que por el clima tan extremo en invierno por estas zonas. Además nos encontramos muuuchas obras por todas partes, imaginamos que aprovechan, antes de que llegue el invierno.

Los alrededores de las grandes ciudades tienen bastantes retenciones, pero cuando digo los alrededores, en algunos casos son 50 kilómetros; pero en nuestro caso no tuvimos ninguna retención de estar completamente parados.

Nos hemos movido bastante por carreteras locales, en las que fuimos muy tranquilos por el poco tráfico y viendo el paisaje tranquilamente, y además como estábamos ya empezando el otoño, los arboles ya tenían hojas de diferentes colores, y fuimos viendo unos paisajes preciosos.

Como llevábamos datos, usamos el Waze y en alguna ocasión el Google Maps, cosa que hizo, que alguna que otra vez nos ahorramos algunos atascos, porque nos avisaba para desviarnos. Cuando nos quedábamos sin datos, teníamos de comodín el del coche, que no nos gustaba mucho, pero cuando no nos funcionaban los datos lo usábamos.

Pasamos varios peajes, de los que casi ni te enteras, simplemente ves un cartel cuando ya estas entrando, no hay barreras; pero nos resultaba muy raro que no nos hubieran informado que el coche llevaba algún aparato para detectarlo (porque normalmente hay que pagarlo por día de uso). Lo que aún es más raro, es que un mes después del viaje, todavía no nos ha llegado ningún cargo (sabemos seguro que pasamos por tres o cuatro peajes); lo único que se nos ocurre, es que estuvieran incluidos en el seguro que contratamos.

COCHE

El coche que nos dieron fue un FORD EXPEDITION (el mismo que en Orlando 2017), lo alquilamos en NATIONAL, en su web pertenece al grupo VUD Premium. El coche tenía poco más de 20.000 kilómetros y estaba muy bien conservado. Nos hubiera gustado poder pagarlo antes del viaje, pero aunque llamamos no fue posible.

Nuestro coche

Una vez en el aeropuerto nos lo dieron enseguida, y la formalización del contrato se realizó en la salida, cosa que es un poco liosa, preferimos tranquilamente en un mostrador. Al final acabamos cogiendo el seguro a todo riesgo, porque así no había retención en la tarjeta (era muy elevada al ser un coche de ese grupo), y al día siguiente caímos en que se nos había olvidado contratar el conductor adicional (10 C$ por día), que seguramente no haría falta, pero lo solemos coger por si acaso; también compramos el depósito de gasolina, porque no tenía mal precio.

El coche estaba muy bien, bastante nuevo y con todo tipo de tonterías tecnológicas, también tenía techo panorámico, que al principio no le dimos importancia, pero al final sí lo llegamos a utilizar. Para 6 personas y las maletas, se necesita este tipo de vehículo. En total recorrimos cerca de 3.300 kilómetros (los mismos que en el viaje por Boston y Nueva Inglaterra del año 2013).

Según el ordenador del coche, hicimos un total de 3.281 kilómetros, ni más ni menos que 52 horas de viaje, y un consumo medio de 11’5 litros. La verdad que 11 o 12 litros para ir seis personas con maletas, está bastante bien. El litro nos salió a una media de 1’30 C$ (0’90 €), porque alguna vez le pusimos gasolina de más octanaje.

Y en Canadá aunque son muy parecidos a los americanos en muchas cosas, utilizan como nosotros, kilómetros y litros, en vez de millas y galones como los americanos.

PARKINGS

En la mayoría de hoteles era gratuito, los que pagamos oscilaron entre 10-15 C$; el más caro fue el de Montreal que nos costó cada día 30 C$.

En los centros de las ciudades, los usamos varias veces, normalmente para un par de horas suele salir muy caro; sin embargo para pasar el día sale a un precio razonable. Una hora y algo te puede salir por 10-15 C$ y el día entero por 20-25 C$. De todas formas a nosotros, al ser un gasto para seis nos salía a cuenta.

UBER

En Canadá hay vehículos XL en las grandes ciudades, así que lo usamos varias veces, nos salía casi igual que el transporte público. Lo usamos tres veces en Montreal, dos en Ottawa y una en Toronto. Nos costaron cada uno entre 20-25 C$ con propina incluida, tenido en cuenta que con el transporte público nos hubiera costado a los seis 20 C$, pensamos que muy bien, ir por ese precio de puerta a puerta y sin esperar.

En Ottawa en uno no cabíamos los seis, y comprobamos que ese coche no tenía dicha capacidad, así que tras protestar a la compañía, en ese mismo día nos devolvieron el dinero.

COMIDA

Aunque podríamos decir que es bastante parecida a la americana, hemos comido mejor, porque hemos visto más variedad, además de las típicas hamburguesas, alitas y costillares, también hemos comido otros platos de carne, bocadillos, wrasps, pollo y salmón; la verdad que bastante variado.

Encontramos una franquicia de pollo muy rica, Benny&Co, que inicialmente pensábamos que era pollo frito, pero no, era pollo asado, muy rico; recomendable totalmente.

Entre los platos típicos canadienses destacan las “poutin”, que hemos de decir, que probamos unas y no nos convencieron nada, son patatas fritas, con trozos de queso y bañadas en salsa de carne; no sé si fue porque las patatas fritas en salsa no nos convencen, o porque la salsa no nos acabó de gustar, el hecho es que ya no volvimos a pedir.

Nos quedamos con las ganas de probar uno de sus famosos postres, las “queues de castor” que traducido en español sería “colas de castor”; son pasteles de masa frita, estirados para parecerse a las colas de los castores. Es muy famosa una franquicia que está en muchas ciudades, Beaver Tails que tiene muchas variedades, pero cuando nos la encontrábamos no era hora de tomar un postre.

GUIAS

En este viaje los guías fueron un fiasco total, cogimos FINDMYGUIDES, no la conocíamos, pero nos pareció un precio razonable. Tras la experiencia podríamos decir que resultó casi casi un timo. Eliges las horas que quieres, no hay ninguna duración preestablecida como pasa con algunas compañías,  contratamos en Montreal y Toronto; y ambas fue un desastre. Además te comunicas vía web, desde tu zona de usuario y funciona bastante bastante mal.

Con la guía de MONTREAL, intentamos quedar con ella antes de irnos hacía Canadá, pero no contestó, luego una vez allí contactamos vía web, pero no sé qué pasaba que siempre aparecíamos en la conservación de Toronto, así que al final donde le dijimos de quedar se lo dijimos a la persona equivocada, a la hora acordada ella nos estaba esperando en el hotel, no en el centro como habíamos intentado decirle; no sabemos ni como, alguno de los mensajes sí que le llegó, pero perdimos una hora mientras ella nos encontró.

Al momento nos dimos cuenta que Claudia Gutiérrez no era lo que nosotros entendemos por guía, era simplemente una acompañante, no explicaba nada, ni siquiera hablaba para el grupo, lo poco que contaba se lo decía al que tenía al lado, y las pocas cosas que le preguntamos no sabía responderlas; así que fue dinero perdido.

Y el de TORONTO todavía peor, porque Alejandro Morales nunca llegó a comunicarse, varios días antes lo intentamos, nos extrañaba que no contestara, pero pensamos que funcionaría así y contactaría el día anterior, pero cuando la noche antes no había dado señales, ya vimos que nos iba a dar plantón; aun así por si acaso como habíamos dicho un lugar y una hora acudimos.

Inicialmente la empresa nos dijo que son guías ajenos y que ellos no tienen contacto; pero vamos, que si yo le contrato a la compañía el servicio, alguna responsabilidad tendrán ellos sobre sus guías. Nos dijeron que deberíamos haberles informado antes, que el guía de Montreal no se había puesto en contacto con nosotros (les informamos la noche anterior), pero quien iba a pensar que contratábamos un servicio y nadie iba a contactar con nosotros. Finalmente tras varios mails conseguimos que nos devolvieran el dinero del guía de Toronto.

Canadá, un poco de historia

Desde finales del siglo XV británicos y franceses realizaron numerosas expediciones, para explorar este territorio; en 1534 Jacques Cartier exploró la costa en nombre de Francia, más tarde en 1603, el también francés Samuel de Champlain, estableció los primeros asentamientos europeos permanentes en la región (Port Royal en 1605 y Quebec en 1608). Tras varias guerras intercoloniales y con la firma del Tratado de Paris de 1763, Francia cedió todas sus colonias norteamericanas a Gran Bretaña.

Para acomodar a los inmigrantes de habla inglesa en Quebec, una Ley constitucional de 1791 dividió la provincia, en Canadá Inferior de habla francófona (más tarde la Provincia de Quebec) y Canadá Superior de habla anglosajona (más tarde Ontario), concediendo a cada una el derecho de elegir su propia Asamblea legislativa.

Su participación militar en la Primera Guerra Mundial ayudó a fomentar el sentido de nacionalidad, aunque el apoyo a Reino Unido provocó una crisis política sobre el servicio militar con los francoparlantes, principalmente de Quebec.

La Ley de Votantes Militares de 1917 dio el voto a las mujeres que eran viudas de guerra, o tenían hijos o esposos sirviendo en el extranjero. Sindicalistas como el primer ministro Borden, se comprometieron durante la campaña de 1917 a la igualdad de sufragio para las mujeres. Después de su aplastante victoria, introdujo un proyecto de ley en 1918 para extender el sufragio a las mujeres. Esta ley no tuvo contrarios, pero no se aplicaba a las elecciones provinciales y municipales de Quebec. Las mujeres de Quebec ganaron el sufragio universal en 1940.

La participación de Canadá en la Segunda Guerra Mundial, comenzó cuando Canadá declaró la guerra a la Alemania nazi el 10 de septiembre de 1939, una semana después que lo hiciera Reino Unido, para demostrar simbólicamente su independencia.

Tradicionalmente cada año, el gobierno de los Países Bajos le regala al gobierno canadiense tulipanes (símbolo nacional holandés), en recuerdo de la contribución canadiense en la liberación de la ocupación alemana.

Durante los siglos las colonias británicas se habían ido uniendo y comenzaron un proceso de autonomía frente Reino Unido, que fue en aumento y se puso de manifiesto en el Estatuto de Westminster de 1931, en el que se estableció un estatus de igualdad legislativa entre los dominios auto-gobernados del Imperio Británico y el Reino Unido, y se les transfirieron los poderes legislativos. Este Estatuto tiene una gran importancia histórica, porque marcó la independencia de estos países, y culminó con al Acta de Constitución de Canadá de 1982 (asumida por todas las provincias excepto Quebec), que determinó su completa independencia de los británicos.

Su forma de gobierno es democracia parlamentaria y monarquía constitucional, en la que la corona desempeña el papel del poder ejecutivo, con Isabel II como jefe de Estado.

Su actual bandera de la hoja de arce data de 1965, aunque el uso de este símbolo se remonta al siglo XVIII; otros símbolos importantes son el castor, el tótem y la Policía Montada, entre otros.

En 1980 en Quebec se celebró el primer referéndum sobre la soberanía de la provincia, que perdieron los que estaban a favor de ella. En 1995 hubo otro referéndum y nuevamente fue rechazada, aunque por muy poco margen.

La Corte Suprema dictaminó con la “Ley de Claridad” del año 2000, los requisitos para la divisibilidad del territorio canadiense: que la pregunta del referéndum sería clara y abordaría directamente la secesión; que existiera una mayoría clara; y que si en el territorio que se quiere dividir, a su vez hay zonas que se quieran quedar en Canadá, deben aceptar desprenderse de esas zonas.

Foto: wikipedia

El país está organizado en diez provincias (nosotros solo viajamos por Ontario y Quebec), y Ottawa es su capital, pero no es la ciudad más poblada, que es Toronto.

En Canadá, tanto el inglés como el francés son idiomas oficiales, en la  provincia de Quebec el idioma oficial es el francés, y en el resto del país el inglés.

Su deporte nacional es el hockey sobre hielo en invierno y el lacrosse en verano. Han albergado los Juegos Olímpicos de Montreal 1976, los Juegos Olímpicos de Calgary 1988 y los Juegos Olímpicos de Vancouver 2010.

Actualmente está considerado como uno de los países con mejor calidad de vida.

Día 1: vuelos a Toronto y viaje en coche hasta Hamilton

Los despertadores sonaron a las 3’15 de la madrugada, poco dormimos, pero cuando se va de viaje, aunque con sueño, te levantas con alegría. Puntualmente a las 4 llegó nuestro Taxi Horta Sud (los de nuestra zona), que nos llevó hasta el Aeropuerto en un momento (21 €).

Nos juntamos los seis viajeros y facturamos en Lufthansa en un momento,  pasamos el control también en un momento. Y luego fuimos a desayunar algo y hacer tiempo hasta la hora de salida del vuelo, que salió puntual a su hora las 6’25. Vuelo tranquilo viendo el amanecer sobre las nubes, y llegada a Frankfurt unos 10 minutos antes de su hora, que eran las 8’50.


Una vez en el aeropuerto, fuimos a dejar las dos maletas de mano que llevábamos, la consigna se encuentra justo casi antes de salir a la calle.

Y luego fuimos a comprar los billetes para ir al centro con el S-Bahn, el aeropuerto está en zona 4 y la tarifa para un viaje (Einzelfahrt) son 4’95 €, y el billete diario (Tageskarte) son 9’65 €; pero a nosotros al ser seis nos salía a cuenta comprar un billete de grupo (Gruppentageskarte) que sirve para cinco personas todo el día, que costó 16’60 €, más un billete diario por 9’65 €; así que nos salió muy barato, a cada uno 4’37 € ida y vuelta.

Inicialmente habíamos contratado con TaxiTender un transporte privado, que nos costó ida y vuelta al centro 61 €, pero un par de días antes de ir nos mandaron un mail para decir que nos lo anulaban porque no tenían vehículos disponibles; vamos que no son muy de fiar, porque si reservas un par de semanas antes, lo aceptan y lo cobran, y un par de días antes te dicen que no tienen vehículos disponibles, no nos parece serio; por lo menos fueron bastante rápidos devolviendo el dinero.

Para llegar a la Estación Central (Hauptbahnhof) se pueden usar las líneas S8 y S9, que tienen una frecuencia de alrededor de 15 minutos, y el viaje son 12 minutos.


Así que algo antes de las 10 llegamos a la ciudad, primero fuimos hacía la Casa de Goethe, pero estaba de obras, tanto al calle, como al casa.

Así que ya pusimos rumbo al centro, llegamos a RÖMERBERG (Plaza del Mercado Viejo), que es el corazón histórico de la ciudad, en el centro destaca la Fuente de la Justicia; a lo largo de los siglos, aquí sucedieron mercados, ferias, torneos, fiestas y ejecuciones públicas. En esta plaza se encuentran unas bonitas casas con entramado de madera, reconstruidas en 1986, según los planos históricos. Aquí se celebra el mercado navideño.





En esta plaza destacan unos edificios llamados RÖMER, que fueron sede del Ayuntamiento desde principios del siglo XV.



Luego fuimos a la KAISERDOM (Catedral Imperial), de estilo gótico y dedicada a San Bartolomé, fue el lugar de coronación de los emperadores desde mitad del siglo XIV. Cuando nosotros llegamos estaban celebrando misa, así que echamos un vistazo desde el fondo y nos fuimos.

Muy cerca de la Catedral, vimos una bonita casa con entramado de madera, Goldene Waage, que ha sido reconstruida recientemente.



La entrada de la DOM TURM (Torre de la Catedral), se encuentra fuera de la Catedral, su altura es de 95 metros y tiene bonitas vistas panorámicas; la mayoría no subimos, pero Luis y Alfredo sí que se animaron a subir los más de  300 escalones. Eso sí, las vistas les merecieron la pena.




Cruzamos a la otra parte del río Meno (de ahí el nombre de la ciudad, Frankfurt del Meno) por el ALTE BRÜCKE (Puente Viejo), que es el más antiguo de la ciudad; desde este puente hay una bonita panorámica del río y los rascacielos.



Desde Sachsenhäuser Ufer, que es el paseo que va junto al río, también hay bonitas vistas.


Y volvimos a cruzar por el siguiente, EISERNER STEG (Puente de Hierro), que es más bien una pasarela peatonal, construido en 1868; desde este puente también hay bonitas vistas del perfil de los rascacielos. Es uno de los mejores lugares para ver el skyline.



Volvimos a pasar por RÖMERBERG y tras las últimas fotos, como era alrededor de las 12’30 regresamos paseando tranquilamente hacia la estación de trenes. La verdad que en poco más de dos horas hicimos una ruta muy agradable.




Una vez en el aeropuerto, lo primero fue ir a la consigna a recoger nuestras maletas de mano (8 € cada una), y ya nos fuimos a pasar el control. Había mucha gente, pero en unos 20 minutos pasamos todos, aquí son muy modernos y tienen escáner corporal, algunos del grupo pitaron, pero no fue nada.

Ya era hora de comer, así que fuimos a ver que teníamos, y en nuestra zona solo teníamos un McDonals y un restaurante, no nos apetecía comenzar con comida rápida, así que nos fuimos al restaurante Kuffler & Bucher, pedimos un par de platos para compartir entre todos un Kleine gemischte Wurstplatte y un Große gemischte Wurstplatte, ambos platos eran de diferentes tipos de salchichas, aunque algunas coincidían en los dos platos; también pedimos un par de raciones de patatas fritas, unos cuantos bretzel (llamados también pretzel) y tres postres; que junto con las bebidas nos costó 114 € (salimos a 19 € por persona), nos pareció un precio bastante razonable para ser un restaurante de aeropuerto.




Además el lugar estaba bastante tranquilo y pudimos ver sin molestar el partido de la selección española de baloncesto, que jugaba en China la final del Mundial contra Argentina, y que ganó España por un amplio 95-75. Nos sentamos a comer justo a las 2, cuando comenzaba y nos levantamos justo al acabar el partido.


Esta vez se nos pasó volando la espera, y de la sobremesa ya nos fuimos a la puerta de embarque, cuando llegamos estaba comenzando; lo hicieron por zonas, y a nosotros nos cambiaron el billete allí mismo, porque inicialmente este avión de Air Canadá, tenía una configuración 3-4-3 y al final resultó ser 3-3-3 (por eso el cambio de asientos), así que bastante mejor.

El vuelo salió puntual a su hora las 17’10, era muy moderno, de los de ventanas que no se cierran, sino que se regula la intensidad de la luz que entra, y lo que es más importante bastante espacio para las piernas; eso sí, en nuestra fila (Santi, Alfredo y yo) hacía bastante frío, sin embargo en la de la otra mitad del grupo que solo era cuatro o cinco detrás, no hacía ni la mitad de frío.

Por delante teníamos 8 horas de vuelo, al poco de salir nos dieron de comer (o cenar), bastante rica para ser de avión, a mitad tarde nos dieron unas galletitas, y de vez en cuando iban pasando con bebidas, en general un vuelo muy tranquilo y confortable; la mayor parte del vuelo nos llevaron con una luz muy tenue.



Llegamos con unos 10 minutos de retraso de su hora que era las 19’35; pero tardamos una media hora en llegar a la puerta y bajar del avión. En la aduana estaríamos alrededor de 20-30 minutos, todos pasamos sin problemas; y al llegar a por las maletas ya estaban todas, empleados del aeropuerto las habían bajado de la cinta.

Eran las 9 y poco cuando fuimos a recoger el coche, un Ford Expedition, lo primero intentar acoplar todas las maletas en el maletero, y ya nos pusimos en marcha, lo gracioso es que en aquellos momentos no supimos bajar los asientos de la fila 2, así que entramos saltando como pudimos para llegar a la fila 3; el contrato lo formalizamos al salir cuando vas a pasar por la barrera. Nos llevaría casi media hora, desde que fuimos a por el coche, hasta que salimos con los papeles hechos.


El móvil cogió cobertura bien, así que pusimos rumbo a Hamilton, hasta allí teníamos algo menos de una hora (fuimos a Hamilton para estar más cerca al día siguiente de Niagara). A las 10’20 llegamos al hotel VISITOR'S INN, e hicimos el check-in súper rápido, cosa que siempre se agradece y sobre todo cuando vienes de un vuelo largo.

Dejamos las cosas y rápidamente nos fuimos a cenar, no nos complicamos y fuimos a un McDonald’s cercano, con coche eran solo dos minutos, pero andando como suele suceder, tanto en Canadá como Estados Unidos, suele ser muy complicado.

Queríamos cenar algo e irnos a dormir, así que con las prisas acabamos pidiendo una “hamburguesa sin carme” algo muy surrealista, resulta que lo pedimos por las máquinas, y al elegir la hamburguesa elegimos la de menos calorías pensando en que sería la más sencilla, ja ja, resultó ser como una hamburguesa, con su salsa, lechuga, pepinillo, etc, peeeero sin carne; miramos el ticket y ponía “Big Mac No Meat”, pero quien se iba a imaginar que en McDonald’s había algo así, pero bueno nos comimos aquella "hamburguesa" con la patatas fritas para llenar un poco el estómago, y regresamos al hotel. Nos costó la cena 51 C$ (salimos cada uno a cerca de 6 €). Eso sí, con la hamburguesa sin carne, ya tuvimos risas durante todo el viaje.

Regresamos al hotel y desmontamos un poco las maletas, para repartirnos la ropa que nos habíamos intercambiado antes de venir; es algo que siempre hacemos, repartimos ropa de cada uno por todas la maletas, así en caso que nos pierdan alguna maleta, siempre tendríamos algo.

Alrededor de medianoche a dormir, nos habíamos levantado a las 3 de la madrugada en España y significaba que con el cambio horario llevábamos más de 24 horas en pie.

Kilómetros aproximados: 65.

Día 2: Niagara Falls

Kilómetros aproximados: 95.

A las 6 y algo nos comenzó a despertar el jet-lag, pero como era pronto nos quedamos un rato en la cama; mientras aprovechamos para contactar con la familia y consultar el tiempo.

Tras las reparadoras duchas, salimos del hotel a las 8’15, pero tardamos casi media hora en organizar el maletero correctamente, para que las maletas se movieran lo menos posible; también aprovechamos para revisar algunas cosas del coche, como la luz trasera que estaba apagada.



Desayunamos en Tim Hortons (que estaba al lado del McDonald’s de anoche), pedimos capuchinos y chocolates, que acompañamos de una docena donuts, para empezar el día con una buena dosis de calorías; el desayuno nos costó 29 C$ (unos 3 € por persona).


Luego pasamos por el supermercado de al lado a por provisiones de agua, y a las 9’45 nos pusimos en marcha. Nos retrasamos un poco porque estuvimos (más bien, estuvo Luis) conectando el móvil al coche con Android Auto, cosa que venía muy bien porque así desde la tercera fila se podía ver perfectamente en la pantalla del coche, el mapa, con los tiempos y distancias. En una horita llegamos a Niagara Falls, hacía un estupendo día soleado.

El río Niágara y sus famosas cataratas marcan la frontera entre Estados Unidos y Canadá, más concretamente entre los estados de Nueva York y Ontario. Comprenden tres cataratas: la «catarata canadiense» (Ontario), la «catarata estadounidense» (Nueva York) y la «catarata Velo de Novia» que es más pequeña. Aunque no tienen una gran altura, son muy amplias y son las más voluminosas de América del Norte, con una caída aproximadamente de 60 metros. Niágara significa “Trueno de Agua” en la lengua de los iroqueses, los nativos americanos que ocupaban esta zona. Aquí se filmaron escenas de algunas películas como “Superman” y “Niagara”, esta última protagonizada por Marilyn Monroe. Alrededor del 20% del agua potable en los Estados Unidos pasa por las Cataratas del Niágara; en la actualidad, la mitad del agua es desviada antes de llegar a las cataratas para generar electricidad en los Estados Unidos y Canadá.

Fuimos directos con el coche al SPANISH AERO CAR, diseñado por el ingeniero español Leonardo Torres Quevedo, en funcionamiento desde 1916; este teleférico está suspendido de seis cables y ofrece vistas espectaculares. Precio: 18 C$ con impuestos. Horario: 10 a 17.





La verdad que lo hacen muy bien, porque para la vuelta te cambian de lado, así ves las dos partes; un detalle que nos gustó mucho. El trayecto ida y vuelta serán unos 10 minutos.

Regresamos al coche, y al WHITE WATER WALK, te bajan en ascensor a un paseo junto al Río Niagara, que vas a ver y sobre todo escuchar bien cerca, como ruge el río; nos gustó mucho verlo tan cerca y escuchar lo ruidoso que es. El paseo en realidad son 10 minutos, lo que vas a tardar es lo que te entretengas con las fotos. Precio: 14 C$. Horario: 9’30 a 17. Incluido en Niagara Falls Adventure Pass Classic. Aquí activamos nuestro pase, lo compramos antes del viaje.







El pase Niagara Falls Adventure Pass Classic nos costó a cada uno 73 C$ con impuestos (50 €) e incluye las principales atracciones de Niagara Falls: Hornblower Niagara Cruises (el barco), Journey Behind The Falls (observatorio tras la catarata), Niagara's Fury (película en 4D) y White Water Walk (paseo junto al río); también incluye el bus WEGO y descuentos. Es válido para dos días consecutivos.

Aquí nos enfrentamos a nuestro primer parquímetro del viaje (este 2’25 C$ cada hora), y tuvimos que poner la matricula en el ticket; esto es algo que se fue repitiendo en los días siguientes, en la mayoría de los parquímetros, había que teclear la matrícula en la máquina y ya te salía al imprimir.

Luego fuimos al hotel DAYS INN BY WYNDHAM NIAGARA FALLS, pero todavía no estaba ninguna de las habitaciones, así que dejamos las maletas en la consigna. Cogimos el coche y fuimos al parking que hay cerca del Table Rock Welcome Centre; tarifa diaria 20 C$.

Conforme te vas acercando a la catarata se oye rugir y quedas bajo la bruma.


Seguimos paseando, parando cada pocos metros a hacernos fotos.

Catarata americana


Catarata canadiense




Decidimos que como a esas horas hacía muy buena temperatura, era el mejor momento para ir a HORNBLOWER NIAGARA CRUISES, que es el barco que te acerca a la catarata. Precio: 26 C$. Horario: 8’30 a 20’30 (entre 10’30 a 16’00, la frecuencia es cada 15 minutos, el resto del tiempo cada 30). Incluido en Niagara Falls Adventure Pass Classic. Aquí te dan un chubasquero rojo.





Que momentos más divertidos pasamos aquí, verte la catarata cada vez más cerca va acojonando, y cuando llegó al remolino de agua con la bruma, mientras nos estábamos mojando, que panzada de reír, diciendo, vale ya la hemos visto, da la vuelta. Nos mojamos un poco los bajos de los pantalones nada más. Este paseo en barco es algo que no te puedes perder en la visita a Niagara Falls.

Al salir del barco, vimos una terraza en la que había algo para comer, y que tenía unos precios razonables, así que comimos allí, pedimos hamburguesas y Nuggets, que junto con las bebidas nos costó 90 C$ (unos 10 € por persona), un precio que no estaba mal para estar a la salida del barco. Además allí entre un poco de sol y un poco de sombra, nos secamos.

Regresamos sobre nuestros pasos y paramos en la SKYLON TOWER, esta torre con una altura de 236 metros, tiene unas estupendas vistas sobre las cataratas; se llega en ascensores acristalados exteriores en 52 segundos. Precio Day/Night Pass: 17 C$ con impuestos (12 €), que incluye un ascenso de día y uno de noche. Horario: 8 a 24. Algo que tampoco te debes de perder, nos gustó mucho. También lo compramos antes del viaje.









Paseamos de nuevo junto a las cataratas y seguimos con más fotos.



Regresamos al complejo Table Rock Welcome Centre, puesto que dentro de este edificio se encuentra la entrada de Journey Behind The Falls (observatorio tras la catarata), y Niagara's Fury (película en 4D), que se suponía cerraban a las 7 de la tarde, pero tuvimos mala suerte y por celebración de un evento cerraron a las 5 y ya no pudimos entrar a ninguna de las dos cosas. Así que al final salimos perdiendo porque solo con el barco y el paseo, nos salió más caro, puesto que Journey Behind The Falls eran 14 C$ y Niagara’s Fury eran 16 C$, y si no subes a las cuatro cosas no sale a cuenta. Pero bueno cosas que pasan.


Así que ya no había nada más que hacer por allí, regresamos al coche y fuimos al hotel, hicimos el check-in, descansamos poco más de media hora, y salimos a dar una vuelta por los alrededores.


Cuando comenzaba a anochecer fuimos andando a la SKYLON TOWER, de noche la visita fue bastante breve, porque el viento era considerable; nos pareció muy bonita también la vista de noche.




Luego bajamos al paseo y volvimos andando hacia la zona del hotel.


Nos acercamos a la colorida e iluminada calle Clifton Hill, llena de curiosos edificios con neones por todas partes, y todo tipo de atracciones.







Y por allí cenamos en Kelseys, la cena fue muy variada, pedimos espaguetis, alitas, salmón y medios costillares, que junto con las bebidas nos costó 170 C$ incluida un pequeña propina (salimos a unos 20 €), la cena estuvo bastante bien.




Luego heladitos y al hotel; para empezar el viaje este primer día en Niagara estuvo muy bien.