Comenzamos el día con relax y salimos a las 9’30 del hotel, decidimos ir
nuevamente andando al centro. Al salir, nos dimos cuenta que no teníamos datos,
de camino al centro nos fuimos conectando a las redes wifi que nos íbamos
encontrando, para contactar con Holafly.
Fuimos directos a la BASÍLICA DE NOTRE-DAME, que es la primera iglesia gótica de estilo renacentista del país,
construida entre 1824 y 1829 por el arquitecto estadounidense James O’Donnell. En
1982 Juan Pablo II la declaró basílica menor. Horario lunes a viernes: 8 a
16’30. Horario sábado: 8 a 16. Horario domingo: 12’30 a 16. Entrada: 8 C$.
Aunque la ciudad no nos estaba gustando, solo por está basílica merece la pena
venir a Montreal; una preciosidad.
En dos extremos de la PLACE D’ARMES, se encuentran un par de esculturas de bronce muy curiosas “THE ENGLISH PUG AND THE FRENCH POODLE” también conocidas como “LOS DOS SNOBS”, realizada por el artista canadiense nacido en Montreal, Marc Andre Jacques Fortier. En ellas nos muestra con humor, las discordias culturales entre los canadienses franceses e ingleses, ambos personajes ni se miran. El inglés, representado como un hombre delgado, elegante y pretencioso, tiene en sus brazos un Pug inglés y mira con condescendencia la Basílica de Notre-Dame, símbolo de la influencia religiosa en los canadienses franceses. La francesa, representada como una dama pequeña, elegante y presumida, sostiene en sus brazos un caniche francés y mira fijamente con descontento la sede del Banco de Montreal, símbolo del poder financiero inglés-canadiense. Pero lo más gracioso de estas esculturas, es que ambos perros se sienten atraídos y se están mirando.
Muy cerca, MARCHÉ BONSECOURS, que actualmente es una galería comercial con
tiendas y restaurantes, sin ningún encanto.
Y pocos metros más adelante, CHAPEL NOTRE-DAME-DE-BON-SECOURS, una de las
iglesias más antiguas de la ciudad construida en 1771, situada en Rue
Saint-Paul, una bonita calle con casas de piedra. Horario: 10 a 18. Entrada
gratuita.
Luego pedimos un UBER para ir a la ZONA OLÍMPICA, tardamos unos 15 minutos y nos costó 26 C$ (propina incluida).
Decidimos hacer la visita guiada, porque si no allí tampoco había mucho que
hacer. Aquí tuvieron lugar las Olimpiadas de 1976, del Estadio Olímpico destaca
arquitectónicamente su torre inclinada a la que se puede subir (pero según
leímos como está muy lejos de la ciudad, no tiene grandes vistas); dicho
estadio ha traído muchos problemas a las autoridades de la ciudad, puesto que
sus costes de construcción se dispararon y parte de su estructura se desplomó
hace años, obligando a costosas reformas. En la vista te explican el museo que
tienen con fotografías y maquetas, luego ves la piscina y también el estadio;
la concepción es muy moderna teniendo en cuenta que se construyó hace más de 40
años. Precio visita guiada: 15 C$ (10 €).
Seguíamos sin tener datos, pero afortunadamente por la zona de la cafetería había wifi,
pedimos de nuevo un UBER para regresar al centro, costó prácticamente como al
venir, 25 C$ (propina incluida).
Fuimos directos a comer a un itliano, que habíamos visto antes y que nos había
gustado a todos, L'Usine de Spaghetti, la mayoría pedimos pasta, y
también salmón y un escalope; junto con las bebidas y tres postres costó 265 C$,
incluida la propina sugerida de 36 C$, que era poco más del 15% (salimos a 30 €
por persona), creo que aquí al ser seis personas la propina era obligatoria.
Tanto en la cena de ayer como en la comida de hoy comprobamos que aquí es
bastante habitual que te pregunten directamente por el plato de comida, porque
se ve que como aquí te dan agua de cortesía en la mayoría de sitios, mucha
gente no debe pedir bebida. Fue la comida más cara de todo el viaje, pero
teniendo en cuenta que estuvo todo muy rico, estaba en pleno centro de la
ciudad y el lugar era muy acogedor y muy agradable, salimos satisfechos.
Luego compramos algún imán y regresamos tranquilamente paseando al hotel,
a esas horas la temperatura era muy agradable. Durante el paseo (era hora punta
de tráfico), observamos como un policía cambiaba el color de los semáforos con
un botoncillo, para regular el tráfico.
Hicimos parada en el pabellón de los Canadiens, el equipo de hockey de la
ciudad, que jugaba en casa un partido de pretemporada contra los Florida Panthers;
preguntamos en taquillas si habían entradas, pero para estar todos juntos se
nos iba a más de 50 C$ más impuestos por persona, así que lo dejamos.
Regresamos al hotel y descansamos alrededor de una hora.
Luego salimos a tomar algo en uno de los pubs que
teníamos enfrente del hotel, en Hurley’s Iris Pub, nos tomamos unas cervezas y
unos refrescos, mientras se nos hacía la hora de cenar.
Decidimos volver a cenar donde ayer, C'ChôColat, pero hoy ya no pedimos postre, pedimos dos sandwichs waffle, dos
ensaladas, y dos wraps, que junto con las bebidas costó 145 C$ con propina del
15% incluida (salimos a unos 16 € por persona); todo muy rico todo, el sándwich
waffle, que es el que yo me pedí (el mismo que ayer se pidió Pepa), era con pan
de gofre y estaba riquísimo.
Luego un heladito y regreso al hotel. Reorganizamos las maletas, y
mientras oímos mucho jaleo de sirenas, y claro nos asomamos al balcón, parecía
que había alguien en el suelo, pero ya no nos enteremos de nada más.
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